Las sorprendentes preguntas que los bibliotecarios tenían que responder antes de Google

¿Quién puede responder mejor a todas las dudas existenciales que se pueden tener que un bibliotecario? Al fin y al cabo, los bibliotecarios trabajan rodeados de libros y están más que acostumbrados a que los usuarios de las bibliotecas les pregunten cualquier cosa (como por ejemplo cómo se titula el libro ese azul que sale en la tele). Durante años, además, la biblioteca era el punto de acceso a la información y el único lugar en el que descubrir todas esas dudas misteriosas que nos corroían por dentro.


La New York Public Library es una de esas bibliotecas que han recibido durante décadas y décadas preguntas de los usuarios en busca de información para referencias. Pero, además, han respondido a preguntas de lo más variadas. “Éramos Google antes de que Google existiese”, explica a la NPR Ángela Montefinise, la portavoz de la biblioteca. “Si querías saber si una serpiente venenosa se moría si se mordía a si misma, tenías que venir a vernos”.

La biblioteca acaba de encontrar una caja con algunas de las preguntas que sus usuarios le preguntaron hace ya algunas décadas y para entusiasmo de todos nosotros las están publicando en redes sociales (y en la NPR han sacado una pequeña lista: la de la serpiente es una pregunta real y tuvieron que responderla). Las preguntas son de lo más variadas:

Acabo de ver un ratón en la cocina. ¿Es correcto usar DDT?
Preguntada en 1946

¿Cuánto dura la vida de una pestaña? Le respondieron: Según el libro Your Hair & Its Care, es de 150 días
Preguntada en 1946

¿Qué significa soñar con que se es cazado por un elefante?
De 1947

¿Dónde puedo alquilar un perro Beagle para ir de caza?
En 1963

¿Podría decirme el espesor de un sello de la U.S. Postage al que se le ha puesto pegamento? Respondieron: No podemos responder de forma rápida. ¿Por qué no prueba con la oficina de correos? Y les respondieron: Somos la oficina de Correos.
En 1963

Pero no solo respondían a dudas y preguntas sino también a cuestiones existenciales.

En 1945, por ejemplo, alguien les preguntaba si era correcto irse a Reno para conseguir el divorcio (si vieron Mad Men ya sabrán que era una de las más eficaces posibilidades para divorciarse en EEUU).

En 1967, en el día de Año Nuevo, tuvieron que responder a dudas sociales y amorosas de una usuaria, que llamó para preguntarles primero si debería mandar una tarjeta de gracias a los responsables de la fiesta de Fin de Año en la que se había colado y segundo qué debía hacer para saber el nombre del chico que había conocido, del que solo sabía su nacionalidad y lo que tenía como fortuna.

Aunque lo mejor de todo es que aún hoy en día, la biblioteca recibe preguntas con dudas (aunque suponemos que no tan emocionantes): son unas 1.700 cada año.

Fuente: Libropatas

Comentarios