Yo fui esclava, por Shyima Hall

De un día para el otro, le robaron su niñez, su vida, su libertad y su dignidad. Y nunca dejó de preguntarse por qué. La esclavitud contada en primera persona. Gentileza de V&R Editoras.

Por: Rodrigo Lastreto

Título: Yo fui esclava
Autor (es): Shyima Hall
Editorial: V&R Editoras
Fecha publicación: 12/2014
Idioma: Español
Páginas: 251
Medidas: 14 x 19 cm
Tipo de Tapa: Blanda sin solapas
Edad recomendada: Adultos
ISBN: 978-987-612-892-6
Síntesis: Cuando somos pequeños, las emociones de nuestras experiencias son las que más nos impactan y crecen con nosotros. Un niño puede no recordar los detalles de una pesadilla, pero la sensación de tener terror que genera el sueño puede durar toda la vida. Así es como la autora recuerda el día en que fue vendida como esclava. El sentimiento de abandono es tan real hoy como cuando ocurrió, cuando ella tenía tan solo ocho años. De un día para el otro, le robaron su niñez, su vida, su libertad y su dignidad. Y nunca dejó de preguntarse por qué. Esta es una historia real, narrada directamente por una víctima de la esclavitud en pleno siglo XXI. Un testimonio fuerte que nos obliga a no mirar hacia el costado, a estar atentos y a luchar para que estas historias, que parecen de novela, no sucedan en la vida real, a nadie nunca más. Disponible también en e-book.

RESEÑA:

Todos tienen un momento decisivo en sus vidas, cuenta Shyima Hall en la primera línea de este libro. Un momento que, seguramente, no será como el tuyo o como el mío. Su vida fue dolorosa, su libertad fue coartad, su historia es real… Ella vivía en Egipto y fue vendida como esclava por sus padres cuando solo tenía 8 años. 

No se remonten siglos atrás. Shyima vive entre nosotros y su esclavitud ocurrió entre fines del siglo XX y principios de este nuevo siglo. Lamentablemente, la esclavitud sigue vigente, es un flagelo que no está enterrado, es un calvario que persigue a muchas Shyima alrededor del mundo.

La historia de Shyima es el relato de la desilusión. Ella amaba a sus padres y hermanos a pesar de las penurias que pasaba. Vivía en la pobreza extrema. Nada era color de rosa en su vida. Nada le sobraba, pero igualmente ella era feliz en su mundo y con su familia:

“Con ellos había tenido la libertad de moverme por el vecindario, la libertad de jugar, de escoger. Todo eso se había ido”

¿Cómo entender a los 8 años que la vendieran como esclava? ¿Cómo puede ser que esa madre que ella adoraba la entregara a las más duras penurias? ¿Cómo puede ser que sea llevada de manera ilegal a Estados Unidos y nadie vea nada? ¿Cómo explicar la esclavitud en pleno siglo XXI?

La historia de Shyima es el relato de la desesperanza. Los años pasaban y ella no tenía noción del tiempo ni la realidad. Nunca fue a la escuela, no sabía leer ni escribir, nunca vio a un doctor o ni a un dentista. No sabía lo que era una tienda, un restaurante o una biblioteca. Su mundo era una gran casa con una familia que no era la suya… Una prisión y sus carceleros: 

“Y la vida siguió y siguió. Día tras día atendía a la familia, me hice cargo de todas sus necesidades y limpié su casa. Fui víctima de su abuso verbal y recibí más bofetadas que las que quisiera contar. Nunca tuve un día libre, ni siquiera cuando no me sentía bien”. 

La historia de Shyima es el relato de la maldad. Para sus captores (Shyima los llamaba la Mamá y el Papá) ella no tenía nombre, solo era una “niña estúpida”. El calvario físico y psicológico que sufrió no tenía límites. La Mamá era experta en hacerla sentir como una “basura”

“Tú no eres nada, nadie. Eres estúpida. Tienes suerte de estar aquí. Nadie más te querría”.

La historia de Shyima es el relato de la fe. Es seguir creyendo a pesar del sufrimiento. Es no bajar los brazos, aunque la vida te golpee a cada segundo. Es la esperanza, es el milagro que alguna vez tenía que ocurrir: 

“… Alguien maravilloso hizo una llamada…”. 

Ese llamado significó el principio de la libertad para Shyima. Una denuncia anónima en el número indicado y gente comprometida con la vida y el amor hacia las personas. Shyima era libre pero el mal ya estaba hecho, las marcas de la esclavitud quedaron selladas para siempre en su cuerpo, pero su mente y su corazón ahora están libres y le dan la fuerza para seguir adelante y luchar por las personas que están pasando por su mismo mal.

La historia de Shyima es una historia de vida de la cual hay que aprender. Shyima ya no está sola pero quizás, en algún lugar del mundo, no muy lejos de tu casa alguien esté siendo esclavizado. Todavía no se ha podido acabar con este mal. No miremos para otro lado, no demos vuelta la cara, no cerremos los ojos. Todavía hay muchas personas por rescatar.


SOBRE SHYIMA HALL:


Shyima Hall
Shyima Hall nació en Egipto en 1989 y es la séptima hija de una familia extremadamente pobre. Cuando una de sus hermanas mayores, que trabajaba como empleada doméstica en El Cairo para una familia muy adinerada, fue despedida por robar, los padres hicieron un acuerdo para saldar la deuda y salvar el honor: entregaron a Shyima.

Con tan solo ocho años, trabajó como esclava para tareas domésticas 18 horas por día, los 7 días de la semana. Cuando tenía 10 años, sus captores le sacaron una visa ilegalmente y la llevaron a vivir a los Estados Unidos. Dos años después de haber aterrizado en el condado de Orange, California, la rescataron gracias a una denuncia anónima. Finalmente, en 2011, Shyima cumplió su sueño de convertirse en una ciudadana estadounidense.

Ahora espera poder unirse a las fuerzas policiales y, algún día, convertirse en oficial del Servicio de Inmigraciones y Aduanas de los Estados Unidos, para ayudar a rescatar a personas que pueden estar pasando por las mismas circunstancias que ella atravesó.


VÉASE ADEMÁS:

Servicio de Inmigraciones y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés)

Twitter de ICE: (@ICEgov

Twitter de Shyima Hall: (@ShyimaHallNews

V&R Editoras

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